Guía para sanar y fortalecer la relación padre e hijo

La clave para tener una mejor relación padre e hijo es poder identificar cuáles son tus heridas de infancia, revisar esos episodios no resueltos de tu infancia y darles un cierre simbólico en terapia para poder seguir adelante sin resentimiento, sin rencor…

 

relacion padre e hijo adulto

 

No sé si te pasará como a mí pero en mi caso yo era incapaz de “hablar mal” de mis padres en terapia. Mis padres eran “intocables”. Mi terapeuta intentaba que yo relacionara mis problemas de adulta con mis asuntos no resueltos de la infancia pero yo no estaba preparada aún para entrar ahí. Daba demasiado miedo…Como si mis cimientos se fueran a romper y yo me fuera a desplomar y quedar atrapada en el dolor para siempre…

Así que lo evitaba. Me sentía más cómoda hablando del trabajo, de mi relación de pareja…Y punto.

Sin embargo, llegó un momento decisivo en mi vida que hizo que ya no pudiera seguir escondiendo la cabeza debajo de la tierra como un avestruz…Ese momento fue mi maternidad.

¿Es posible ser un buen padre si aún no sanaste tu relación con el tuyo?

Cuando fui madre imaginé la relación padre e hijo que quería tener con Emma…

  • Quería que ella se sintiera siempre vista y escuchada. 
  • Quería que nunca le faltaran besos ni abrazos
  • Quería que se sintiera libre de ser y expresarse tal y como ella es
  • Quería que se sintiera segura y acompañada

Entonces comparé esa relación que yo quería construir con la que yo tuve de pequeña con mis padres y me di cuenta de que en mi infancia las cosas no fueron “tan bonitas” como yo me contaba. 

 

sanar relacion padre e hijo

 

UN MAR DE EMOCIONES

Me venían recuerdos dolorosos de gritos, llanto y castigos. De incomprensión y soledad…Sólo entonces pude conectar con la rabia y el resentimiento que había estado guardando en mi interior y que ahora era imposible contener.  

 

En esos momentos conté con el apoyo emocional de una doula que me ayudó a descifrar lo que estaba sintiendo. A identificar las emociones y a darles salida. ¡Qué bien me vino tener este acompañamiento! Creo que sin él, difícilmente habría estado disponible para criar a mi hija como quería…

 

Sanar la relación padre e hijo es todo un proceso

Así que, mi primera recomendación para tener una buena relación padre e hijo es trabajar con tus propias emociones. Conectar con ellas cada vez que lleguen y dejarlas estar, que salgan…Seguramente, al darles algo de espacio y atención te llegarán ciertas respuestas o entendimiento (insights, los llamamos en terapia) que te ayudarán a seguir indagando, a continuar con tu proceso de sanación.

A mí me ayuda mucho escribir sin filtros lo que estoy sintiendo. También utilizo el cuerpo para detectar lo que estoy sintiendo y, cuando puedo, saco las emociones a través de la danza. 

 

 

 

Todo este trabajo personal será mucho más fructífero si trabajas con un terapeuta, ya sea de forma individual o en grupo. Yo retomé la terapia Gestalt y me apunté a la formación y fue ahí cuando mi crecimiento personal fue exponencial. 

 

El trabajo en grupo es sorprendentemente útil e interesante porque en muchas ocasiones puedes ver en otros miembros del grupo cosas que, quizás, aún no habías visto en ti pero que, de repente, al compartirlo tu compañer@, te das cuenta de que es algo que también te pasa a ti….A mí me explotaba la cabeza prácticamente en cada uno de los 42 talleres que duró mi formación.

 

CERRANDO ASUNTOS INCONCLUSOS: ATERRADOR Y LIBERADOR A PARTES IGUALES 

La terapia gestalt cuenta con numerosas técnicas que te ayudarán a poder “revivir” esas escenas de infancia que te causaron tanto miedo o dolor. La diferencia es que ahora las vas a vivir desde el adulto que eres y con el apoyo de tu experimentado terapeuta que te llevará de la mano en todo momento.

Podrás decirle a tu padre o a tu madre eso que no pudiste expresar cuando eras niñ@. Podrás tener un diálogo con ellos de forma simbólica en consulta y sentir cómo todas esas emociones que tenías enquistadas salen, POR FIN, de tu interior. 

 

 

Una vez trabajes tus propias heridas de infancia, podrás abordar tu relación padre e hijo de una forma diferente. Porque ya no estarás atascad@ en ese rol de “niño” que reclama una reparación a sus padres. Como adulto habrás podido atenderte y acompañarte como necesitabas. Aprenderás a maternar a tu niñ@ interior.

De forma que cuando estés en una situación con tu padre o madre ya de adulto y notes que tu niñ@ interior se está crispando, podrás retirarte y calmarte. Podrás hablar contig@ mism@ y tomar perspectiva. 

Podrás recordar que tus padres no son Dioses Todopoderosos que han venido a este mundo a satisfacer todas tus necesidades tal y como tú soñaste. Sino que son personas que se equivocan. Como tú. De hecho, si eres padre o madre seguro que ahora puedes empatizar mucho más con ellos porque sabes los retos que supone la crianza. 

Poder ver a tus padres como seres humanos con sus neuras, con sus taras y con todas las cosas buenas que sí ponen en juego en la relación, te ayudará a calmar a ese niñ@ herid@ cuando entre en juego y quiera tomar las riendas de la relación.

Por supuesto que trabajar tus heridas de infancia te va a ayudar…¡Y mucho! Pero, ¡cuidado! Eso no significa que ya no vuelvan a haber conflictos con tus padres, Sino que cuando lleguen tú podrás decidir actuar de forma diferente. Sabiendo qué necesitas tú. 

Y así es como se mejora la relación padre e hijo…Haciendo ese trabajo personal de sanación tan necesario para tod@s. Si deseas comenzar tu proceso terapéutico, aprovecha nuestro oferta del 50% de descuento en la primera sesión.

 

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Artículo escrito por: Inés Moreno. Síguenos en Instagram para más contenido sobre crecimiento personal, gestión emocional y terapia gestalt.