Ni blanco…Ni negro…Hablemos de polaridades
¿Para ti es todo blanco o negro? ¿Qué pasa con la escala de grises? Hoy aprenderemos qué son las polaridades y por qué Aristóteles decía que “En el término medio está la virtud”.
Es maravilloso tener las cosas claras en la vida. Esto nos da impulso, confianza y seguridad. Sin embargo, como todo en la vida, si lo llevamos al extremo puede ponernos rígidos y limitarnos. Nos podemos perder muchas cosas interesantes y placenteras de la vida por aferrarnos fuertemente a un punto de vista o a un aspecto de nuestra personalidad como si fuera una verdad absoluta.
Por ejemplo, tú puedes pensar que tu ciudad natal, donde te has criado y has vivido toda tu vida es el mejor sitio donde vivir. Y para ti en este momento presente, quizás lo sea. Desde luego hasta ahora has sido feliz ahí.
Imagínate por un momento que conoces a alguien, te enamoras y esa persona por trabajo debe irse a otra ciudad o incluso a otro país…Ahí tienes una decisión importante que tomar…Puedes romper la relación o aventurarte a salir de tu zona de confort. ¿Tú qué harías? ¿Y si eres tú al que le ofrecen una estupenda oportunidad laboral fuera de su ciudad? ¿Te plantearías el cambio o ni siquiera se te pasaría por la cabeza aceptar…?
Partimos de que todas las respuestas son válidas aquí. Pero hoy me gustaría hacerte reflexionar sobre cómo afectan a tus decisiones tu forma de pensar y de vincularte con los demás.
Cuanto más apegad@ estés a tu concepto de ti mismo y a tu forma de ver las cosas, menos espacio dejarás para que lo nuevo entre en tu vida y te sorprenda.
¿Qué son las polaridades y cómo las usamos en terapia?
Las polaridades son dos fuerzas opuestas, dos rasgos o características completamente diferentes. Algunos ejemplos clásicos serían: el SÍ y el NO; lo masculino y lo femenino; la alegría y la tristeza; la confianza y el miedo; la víctima y el agresor…
Por ejemplo. Tú quizás creas que “eres muy miedos@” porque toda la vida escuchaste a tus padres, profesores y amigos decírtelo y te lo creíste. Como buena persona obediente pasaste parte de tu vida siendo alguien más bien huidizo y que toma pocos riesgos.
Pero, de repente, un día en terapia contando una anécdota sobre algo de tu vida tu terapeuta te señala que precisamente lo que cuentas es un ejemplo en el que fuiste valiente. De repente algo hace “click” en ti…¿Será posible que yo sea valiente?
La respuesta es SÍ. Tú puedes ser miedos@, a veces y valiente otras veces. Puedes serlo…TODO.
Aunque ser “valiente” sin ser consciente del miedo no es una cualidad “sana”, es algo egoico. De hecho, en mi opinión, tiene mucho más valor sentir el miedo, reconocerlo y, aún así, atravesarlo. Yo a eso le llamo “acto de coraje”, para no confundirnos con esa valentía “inconsciente” que algunas personas muestran de forma casi innata, por su carácter.
Por supuesto esto requiere entrenamiento. Y como siempre el proceso empieza por darte cuenta. Imagínate que quieres potenciar tu lado más valiente. Puedes comenzar por ponerle atención en tu día a día a situaciones en las que sientes que estás siendo miedos@ y apuntarlas en un cuaderno o en tu móvil. Toma nota también de ejemplos en los que hayas sido valiente.
Sólo con este sencillo ejercicio empezarás a darte cuenta de que, seguramente, no eres tan miedos@ como pensabas. Y si resulta que sí lo eres y te gustaría cambiar esto, balancearlo un poco, puedes hacerlo con nosotros en terapia.
Tenemos varias técnicas para que experimentes cómo sería tu versión más valiente, para que te vayas familiarizando con ella, de forma que tenga más voz y más visibilidad también en “la vida real”.
Trabajando los polos opuestos con la silla vacía
En terapia gestalt usamos el trabajo con las polaridades cuando identificamos que hay un conflicto entre varias partes de ti, normalmente opuestas. Por ejemplo puede ser que tú te identifiques inconscientemente como una víctima, por cosas que te han pasado. Puede que vivas muchos aspectos de tu vida “desde la víctima”. Pero tú eres mucho más que “lo que te ha pasado”.
Por tanto, una vez el terapeuta considere que esos asuntos traumáticos están integrados, puede proponerte llevarte al polo opuesto para que conozcas otros aspectos de ti que, quizás, te sorprendan y te sirvan. Puede que cuando conectes con tu parte más agresiva eso te sirva para coger tu fuerza y para poner límites con los demás.
¿Cómo lo haríamos en terapia Gestalt? Una de las “técnicas estrella” a la hora de trabajar con polaridades es la silla vacía.
El terapeuta prepararía el espacio de la consulta de forma que hubiera dos zonas, una enfrente de la otra. Una zona pertenecería a una de las dos polaridades y la otra zona a la polaridad opuesta.
En cada zona el terapeuta ubicará una silla, un cojín o puede invitarte a hacer el trabajo de pie, si vais a usar el cuerpo como herramienta para “entrar más en el papel”.
Como decíamos antes este ejercicio es muy interesante a la hora de trabajar distintos aspectos de tu personalidad que estén en conflicto. Puede ser tu parte miedosa y tu parte valiente; tu parte más víctima y tu parte agresiva…
Y también se puede usar para ayudarte a tomar decisiones. Cuando te encuentras frente a un dilema, como en el ejemplo de arriba…¿Qué hacer? ¿Me mudo por amor o me quedo en mi ciudad de siempre?
En casi cada decisión hay 2 polaridades implícitas, por eso aquí también sería útil utilizar la técnica de la silla vacía para explorar las 2 opciones y ver qué pasa.
El concepto de las polaridades puede ser algo complejo pero esperamos haber aclarado algunos conceptos básicos que te sirvan para reflexionar…Si sólo te quedas con una cosa de este artículo que sea esto:
Tú no eres sólo lo que te dices a ti mismo…Tú eres mucho más.
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Artículo escrito por: Inés Moreno.