Cómo dejar de ser celoso
Antes de nada: ¿qué son los celos y de dónde vienen?
El hecho de que te estés preguntando cómo dejar de ser celoso ya es una muy buena señal. Quiere decir que eres consciente de que los celos están afectando a tu vida y a tus relaciones más de lo que te gustaría. Así que hoy vamos a profundizar en esta emoción para entenderla mejor y poder avanzar.
1- Miedo a perder
Los celos son una respuesta emocional al miedo a perder algo que asumimos que “nos pertenece”. Nos ponen en alerta ante un supuesto peligro y suelen ir acompañados de pensamientos negativos. Nos invaden mil dudas, comenzamos a imaginar distintos escenarios en nuestra cabeza fruto de nuestras inseguridades. ¿Cuánta confianza tienes en el otro?
Si de verdad te interesa cómo dejar de ser celoso, el primer paso sería poner atención a lo que sientes cuando los celos entran en juego y compartirlo abiertamente con el otro desde el respeto y la vulnerabilidad. Por ejemplo: «Cuando te vas de fin de semana con tus amigos y no das señales de vida me siento solo. Te echo de menos y me gustaría que pactáramos un momento en el fin de semana para hablar. Así yo estaría más tranquilo».
Expresa tu necesidad y reconoce la necesidad el otro para poder llegar a acuerdos.
2 – «Eres mí@»
Cómo dejar de ser celoso pasa por dejar de ver al otro como una «posesión». El otro no nos pertenece: ni nuestra pareja nos pertenece, ni nuestros hijos nos pertenecen, ni nuestros amigos… Si dejáramos de lado la percepción de que el otro es una posesión nuestra, los celos no tendrían razón de existir.
Nos aferramos al otro por muchas razones: por miedo a la soledad, por miedo al vacío, por dependencia con el otro. «Sin ti no soy nada» ¿Te suena?
Cuando nuestra relación con el otro está marcada por estos miedos ahí es cuando surgen los problemas, porque no es del todo sana. Sentir algo de miedo es absolutamente normal. Lo preocupante es cuando ese miedo crece y «se apodera de nosotros» en forma de celos. Porque pierdes la perspectiva de la realidad. Dejas de ser objetivo.
3- Rechazo, abandono, exclusión
Si lo que estoy describiendo te suena. Si lo identificas pero no sabes cómo dejar de ser celoso, quizás sea el momento de iniciar un proceso de terapia. Normalmente esos miedos tan poderosos interfieren en las relaciones porque nos ponen en contacto con heridas de infancia que no hemos sanado. Es como si los celos te dijeran: ¿Te acuerdas eso que nos pasó de pequeños que nos dolió tanto…? ¡Alerta, nos puede volver a pasar!
Quizás de pequeño sentiste el rechazo de tu madre o la ausencia de tu padre, que no estuvo ahí para ti como te hubiera gustado…O te sentías fuera de lugar en tu propia familia. Como si no «tuvieras tu sitio». Sea lo que fuera lo que te marcó de pequeño, regresa a tu presente en forma de emociones para que le prestes atención a ese conflicto no resuelto.
Está bien que los celos nos despierten, siempre y cuando no nos nublen el juicio. Por eso nosotros en terapia Gestalt trabajamos los celos desde la raíz. Es un proceso con sus luces y sus sombras pero, si consigues atravesarlo, la recompensa será enorme. Imagínate estar en una relación de pareja y sentirte 100% confiado y tranquilo. Pase lo que pase. Esto es posible.
4- «¿Amor o dependencia emocional?»
Otro punto importante a la hora de hablar de celos es saber diferenciar en nuestra relación entre el amor y el apego. Cuando la otra persona hace o dice cosas con las que no estamos de acuerdo o simplemente manifiesta su necesidad de privacidad, desconfiamos. Como si el hecho de que la otra persona necesite un poco de tiempo por su cuenta significara que no nos quiere o que no nos valora…Empezamos a sentir ese rechazo o ese vacío cuando estamos sin esa persona. Un vacío que nos angustia y se hace insostenible.
Esas sensaciones no tienen que ver con la conducta de la otra persona, sino que, más bien, tienen que ver con nuestros miedos e inseguridades. Si esta es la dinámica en la que te mueves, me temo que lo que sientes se parece más a la dependencia emocional que al amor.
El amor consiste en compartir con el otro de forma desinteresada, sin buscar nada a cambio, sin coartar su libertad. El amor implica confianza y respeto. Mientras que el apego implica un temor a la soledad, una dependencia de la otra persona y unas expectativas (generalmente muy poco realistas) que hemos depositado en él o ella.
El amor se basa en el crecimiento mutuo y conjunto, y no exige nada a cambio de su presencia. En cambio el apego restringe el crecimiento ya que motiva la dependencia imponiendo las necesidades de uno por encima del otro y es en el momento en que la otra persona no responde de la manera que esperamos cuando surgen los celos.
¿Qué emociones suelen predominar cuando aparecen los celos?
Rechazo, rabia y tristeza. Una como consecuencia de la otra y todas a la vez. Me explico: nuestras emociones son engañosas y más cuando no nos hemos parado a conocerlas un poco mejor. Así, cuando sentimos celos es porque de algún modo nos sentimos rechazados y eso suele generar sentimientos de rabia y de tristeza que, a su vez, son fácilmente confundibles. En muchas ocasiones, cuando creemos sentir una emoción, en realidad estamos experimentando la emoción contraria. Jorge Bucay lo expresa muy bien en el cuento titulado La tristeza y la furia que os dejo a continuación, de su libro Cuentos para pensar:
Un día de verano muy caluroso iba la tristeza por un camino. A un lado vio que había un lago y decidió bañarse para sacarse de encima la sensación de calor. Dejó sus ropas junto a éste y se metió en el agua. La casualidad quiso que la rabia pasará justo en ese momento por ahí. Viendo tan a gustito a la tristeza nadando, decidió darse un baño ella también. Por ello, dejó sus vestidos al lado de los de la tristeza. Estaban las dos en el agua disfrutando del momento, cuando unos truenos empezaron a sonar y unos relámpagos aparecieron en el cielo.
“– ¡Vaya tormenta se avecina! – dijo la tristeza-. Me voy a ir corriendo. No me gustaría que me pillara en el camino.”
“Creo que voy a hacer lo mismo”, respondió la rabia.
Las dos salieron precipitadamente, tomaron sus ropas corriendo y se fueron en direcciones opuestas. La tristeza empezó a vestirse mientras caminaba. “Esta no es mi vestimenta. He cogido el ropaje de la rabia” se percató. Lo mismo le sucedió a la rabia. Y desde entonces, cuando uno se encuentra con la rabia, debajo está la tristeza. Y cuando uno se encuentra con la tristeza en realidad habla con la rabia.»
Y con este hermosa reflexión acabamos el artículo de hoy. Esperamos haber arrojado al menos algo de luz sobre la pregunta: cómo dejar de ser celoso. Ya sabes que la existencia o no de los celos, depende directamente del nivel de confianza, no ya que tengamos en nuestra pareja (que también); si no en nosotros mismos y en cómo nos valoremos.
Artículo escrito por: Yaiza Morales , terapeuta Gestalt .
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