He utilizado este “titular trampa” para captar tu atención. Sí. Porque no quiero hablar de cómo controlar la ira. Quiero que aprendas a identificarla rápidamente y a darle salida de forma saludable. No a reprimirla.

 

La ira es una de las emociones más reprimidas y al no canalizarla correctamente es probable que te estés haciendo mucho daño a ti mismo. Te lo digo por experiencia…La ira es una de las 7 emociones básicas y es tan válida como cualquiera de sus compañeras: la sorpresa, la tristeza, el desprecio, el miedo, la alegría y el asco. Ni es “mala” ni es “negativa”. Simplemente es. Todos la sentimos y es una respuesta natural a situaciones que percibimos como amenazantes, injustas o frustrantes. 

 

 

Quiero saber cómo controlar la ira 

 

Dicho esto, entiendo que esta emoción puede llegar a abrumarnos, puede incomodarnos y, sobre todo, puede tener un impacto muy negativo sobre los demás, si no sabemos cómo manejarla.

 

De hecho es una razón habitual por la que nuestros clientes inician terapia con nosotros. Muchos acuden a consulta por temas de ansiedad y depresión…Y la gestión emocional en general les ayuda. Pero algunos vienen específicamente para aprender a llevarse mejor con la ira que sienten. Quieren mejorar su calidad de vida y sus relaciones. 

 

1- Identifica esa emoción 

El primer paso para controlar la ira es conocer cómo es esa emoción en ti. Cómo la vives y qué señales te da el cuerpo para poder estar atent@ a la llegada del enfado desde los primeros síntomas. Algunas de estas señales son: la aceleración del ritmo cardíaco, la tensión muscular, la irritabilidad o la impaciencia.

 

2- Siente la rabia…Siéntela de verdad 

Cuando identifiques que la ira está llegando procura poner mucha atención para entrenarte en hacerlo diferente. 

Puede que lo que lleves haciendo toda la vida sea reprimir el enfado a la mínima que lo sientes. Te lo tragas. Te lo guardas. Le quitas importancia y, quizás, te entretengas con otra cosa para poder mirar a otro lado y dejarlo pasar. 

Si evitas sentir tu ira, ésta volverá una y otra vez a tu vida. Y cada vez con más fuerza. Hasta que la escuches. Puede que en ciertas situaciones sea necesario reprimir momentáneamente ese estallido de ira. ¡Obvio, vivimos en sociedad y hay ciertas normas a cumplir! 

Pero una vez la hayas sentido, no te olvides de esa sensación. No te olvides de “ella”. Asegúrate de encontrar un momento en ese mismo día para prestarle atención. 

Lo ideal sería aprender estos recursos en terapia. En un entorno apropiado para liberar esta emoción y acompañado de profesionales que te guiarán y se asegurarán de que no te hagas daño cuando estás sacando tu ira y dejándola libre. 

De hecho es probable que al acompañarte en tus momentos de rabia puedan aprender más de ti y profundizar contigo sobre las situaciones que desatan la ira en ti. Pero no me adelanto…Antes de pasar a la siguiente etapa comparto contigo algunos recursos fáciles que me ayudan a mí a sacar mi rabia:

 

• Pegarle puñetazos a un cojín durante 5 minutos sin parar

 

• Si te gusta el metal, ponte una canción y grita a pleno pulmón

 

• Haz un entrenamiento físico o algún deporte que te haga sentir liberado. Puede ser boxeo, crossfit, jiu jitsu, krav maga…Yo personalmente utilizo la danza contemporánea.

 

• Vuelca tu ira sobre el papel. Puede ser a través de la escritura libre (sin filtros) o a través de la pintura. Pintar con témpera, con las manos, puede resultar muy terapéutico y liberador. 

 

• Practica meditación o mindfulness como práctica habitual. Cuánto más en contacto estés con tu centro, con esa calma interna que todos tenemos, más fácil te será volver a ese estado cuando estés teniendo un brote de ira.

 

 

Por último quería añadir que estas prácticas que os recomiendo aquí arriba son simplemente para descargar la rabia en esos momentos en los que te sobrepasa y necesitas atenderla. Te servirán en esos momentos puntuales para aligerar la tensión y seguir adelante con tu vida peeeeeroooo…Es muy probable que la rabia siga volviendo y que sigas reaccionando ante las mismas situaciones. ¿Por qué? 

Porque para poder realmente calmar tu ira “a largo plazo” es importante que descargues tu ira con conciencia. Conciencia del por qué estás tan enfadad@ ¿Te cabrea realmente el tráfico, por ejemplo, o es que ya venías “calentit@” de casa por una discusión que acabas de tener con tu pareja? Puede ser que gritar en el coche te sirva para liberar tensiones pero no resolverá ese conflicto de pareja. 

 

3- Aprende a hablar con la ira

Ahora que ya sabes que para controlar la ira primero debes aprender a identificarla y a expresarla de forma saludable pasemos al siguiente nivel…¡Vamos a sacarle rendimiento a esta emoción!

 

En terapia gestalt solemos decir que las emociones vienen a decirnos algo. Cada emoción tiene una función y descubrirla es clave para tu proceso de crecimiento personal. 

Porque si consigues identificar ante qué tipo de situaciones o personas sueles reaccionar, podremos encontrar algún patrón que está activándose y trabajarlo. De forma que, poco a poco, cuando te vuelvas a encontrar frente a esa persona o esa situación, tu forma de reaccionar sea distinta.

Pero llegar hasta aquí requiere de mucho autoconocimiento, de indagación y de mucha práctica y, por experiencia creo que es un trabajo que no se puede hacer sólo.  

Además otra de las ventajas de hacer este camino con un terapeuta profesional es que te enseñará a ponerle conciencia a lo que sientes antes, durante y después de esa liberación emocional. Aprenderás a identificar rápidamente cuando llega la emoción. El terapeuta te enseñará a vaciarla de forma saludable. Y como guinda final, disfrutarás de la sensación de calma y claridad que llega una vez hayas volcado toda tu ira, tu envidia, tu miedo o tu tristeza de forma consciente. 

 

 

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Artículo escrito por: Inés Moreno. Síguenos en Instagram para más contenido sobre crecimiento personal, gestión emocional y terapia gestalt.