Vivir en soledad: consejos para aprender a estar solo
Amigo, amiga, si tú también quieres aprender a estar solo…¡Te entiendo! A mí me pasa lo mismo. Y con las temibles fiestas navideñas acercándose el terror a la soledad aumenta.
Sueno como el Grinch pero es que sé lo que es vivir unas Navidades recién divorciada…El dolor de la pérdida se hace aún más grande en las fechas destacadas
¿Por qué duele más la soledad en Navidad?
Más allá de las connotaciones religiosas, la Navidad es una etapa en la que tradicionalmente nos reunimos con los seres queridos para celebrar que estamos vivos.
Y, claro, si tú acabas de perder a alguien, es un enorme recordatorio del vacío que dejó esa persona en tu vida.
Llevamos recibiendo mensajes que nos invitan a festejar “en familia” o “con amigos” en los medios de comunicación desde prácticamente mediados de noviembre.
Las campañas navideñas cada vez son más emocionales y nos recuerdan lo bonito de la vida que, generalmente, se relaciona con el amor y con nuestros vínculos.
Si a la publicidad le sumamos las canciones románticas de Navidad y las pelis navideñas de Netflix, tenemos un cóctel Molotov listo para el desborde emocional de personas sensibles como yo.
✔️ Si tienes muchas ganas de tener una pareja pero no se está dando.
✔️ Si te gustaría tener más amigos pero no lo consigues…
✔️ Si falleció tu pareja, tu madre, tu padre o alguien muy cercano a ti.
Es de lo más natural que sientas una enorme punzada de dolor en tu corazoncito cada vez que ves a otros disfrutar de “eso que a ti te falta”.
¿Qué te recomendamos desde Gestalt Terapia para aprender a estar solo sin sufrir más de la cuenta?
1- Revisa tu duelo
Si el dolor y el vacío están muy presentes en tu vida, lo ideal es que acudas a terapia para que te ayuden a sacar ese dolor y a sanarlo. Es muy probable que haya algún duelo reciente o antiguo que no esté resuelto y en ocasiones como las Navidades, etc, se reactiva esa sensación.
Recuerda que dejar de sentir dolor por la pérdida de un ser querido no significa olvidarlo o deshonrarlo. Al contrario, ¿qué mejor forma de recordar y de honrar a quien falleció que revisitando esos últimos momentos y pudiendo cerrar asuntos inconclusos? Amb@s descansaréis mejor y la conexión transpersonal seguirá intacta.
2- Una oportunidad para conocerte mejor
Una de las mejores partes de aprender a estar solo es descubrirte mejor a ti mism@. Piensa en todo el tiempo que le sueles dedicar a los demás. Piensa en todas las cosas que hacías sólo por complacer al otro…
¿Y ahora qué? Pues que ahora vas a poder dedicar el 100% de tu tiempo libre a ti. A hacer lo que te dé la gana.
A los que tenemos tendencia a la dependencia emocional a veces nos cuesta “llenar el vacío” cuando nos quedamos solos. Puede que incluso no sepamos qué hacer con ese tiempo a solas.
Es el momento de desempolvar esas pasiones que dejaste de lado por poner tu foco en los demás. Ahora es “Tu momento”.
- Si te gustaba pintar, pinta.
- Si te gustaba ir a la naturaleza a pasear, ¡dale!
- Si estabas deseando ver películas de acción y con “ella” sólo veíais pelis de amor…¡A tope con Jason Statham, Bruce Willis y demás!
- Si te encantaba leer pero nunca tenías tiempo…Ahora lo tienes.
3- Céntrate en las cosas que te hacen feliz ahora
De hecho, si te atreves, podrías llevar todo esto un paso más allá y…¡Probar cosas nuevas! Ya lo sé…Puede parecer un consejo muy típico, digno de “Divorcios para torpes” pero te aseguro que funciona. Por eso es una de mis principales recomendaciones para aprender a estar solo. Esta y, por supuesto, hacer terapia.
Eso sí, tampoco te vuelvas loc@ y te pierdas en “el hacer”. En el equilibrio está la virtud. Si estás atravesando un duelo, por ejemplo, está bien salir del dolor de vez en cuando pero cuidadín con la evasión ya que te puede distraer y hacer que el duelo dure más de lo necesario.
Muchas personas que se divorcian, por ejemplo, se lanzan rápidamente a las Apps de citas o se apuntan a 1001 actividades nuevas: clases de salsa, escalada, cursos de cocteleria, etc.
Mi consejo es que elijas una nueva actividad y que sigas en terapia y vayas evaluando qué te aporta esa nueva afición. Es interesante ampliar tu círculo social, salir de tu zona de confort y exponerte a nuevas experiencias pero que no se vuelva algo compulsivo.
En este caso yo creo que no se trata tanto de “hacer” sino de valorar las pequeñas cosas que tienes en tu vida. Los pequeños placeres de la vida como:
- Dejar tu casa recogida antes de irte y volver y que siga igual de limpia y ordenada.
- O, por el contrario, dejar la cama sin hacer todo el día…Casi todos los días. Porque prefieres invertir ese tiempo en otra cosa y punto.
- Sentir la plena libertad de elegir lo que haces un domingo.
- Aceptar planes espontáneos sin tener que negociar ni justificar.
- Decorar tu casa 100% a tu gusto.
Estar sol@ y sentirse sol@ son dos cosas muy diferentes
Muchos tememos estar solos porque creemos que la soledad está asociada con la tristeza y el aislamiento. Sin embargo, una cosa no significa necesariamente la otra. Puedes estar rodeado de personas y aún así sentirte sol@. ¿No te ha pasado nunca? Encontrarte en un evento y pensar…¿Qué hago yo aquí?
Igualmente puedes estar sin compañía y sentirte plen@, satisfech@, conectad@ y gozar de ese tiempo contigo mism@. Y yo, que siempre he tenido miedo a la soledad, te garantizo que es posible aprender a estar solo y a gusto.
En mi caso ha sido todo un proceso llegar de un punto a otro. Y aún estoy aprendiendo…Las claves para mí fueron:
- La terapia individual a la que iba religiosamente porque notaba cómo me ayudaba.
- El apoyo del grupo terapéutico con el que me formé. Ellos fueron “mi familia” durante todo el proceso y más allá.
- Y, por supuesto, ir descubriendo que cuanto más me mimaba y más cosas hacía por mí y para mí, más tranquila me sentía. Más confianza sentía en que me merezco cosas buenas y que estaban llegando.
Pude dejar de enfocarme en “lo que no tenía” y aprender a valorar lo que ya estaba en mi vida. El paso del victimismo al agradecimiento fue clave. Pero para llegar ahí tuve que atravesar el duelo del divorcio, encontrarme conmigo misma y aprender a quererme tal y como soy. ¡Casi nada! ????????
Nadie dijo que sería fácil. Lo que sí te digo y, de hecho, reitero, es que aprender a estar solo y feliz es posible. Doy fe de ello. Si tú también quieres iniciar tu camino hacia la plenitud y la tranquilidad de estar sol@ y estar bien, te animo a que te inscribas en nuestro grupo terapéutico donde podrás aprender…Acompañad@.
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Artículo escrito por: Inés Moreno. Síguenos en Instagram para más contenido sobre crecimiento personal, gestión emocional y terapia gestalt.