Amor romántico
Últimamente, y gracias a que cada vez más como sociedad estamos abriendo nuestras miras, aparecen conceptos como el Amor romántico que nos dejan algo confundidos. Nos impulsan a plantearnos cómo vivimos nuestras relaciones. Para hablar de amor romántico debemos tener claras dos cosas: en qué consiste y de dónde proviene este concepto.
¿Cuál es el origen social del Amor romántico?
En este punto, podemos hablar claramente de dos orígenes diferenciados: Por un lado nos remontamos a la corriente literaria del Romanticismo. Por otro a la existencia del patriarcado como sistema organizador de nuestra sociedad.
El romanticismo es un movimiento cultural y artístico que se desarrolló en Europa y América durante el siglo XIX. Se vale de la exaltación de los sentimientos como eje central de su arte. La mayoría de personajes que aparecían como protagonistas en esta corriente vivían sus emociones muy intensamente hasta llegarse a suicidar o morir por amor. Por lo tanto estamos hablando de amores que; cuanto más idealizados e imposibles, más puros y profundos eran.
Por otro lado hablábamos del patriarcado. Se denomina patriarcado a toda forma de organización social cuya autoridad se reserva exclusivamente al hombre. Por lo tanto la mujer queda en un segundo plano y subyugada al poder del hombre. Por lo tanto, las relaciones de amor consideradas normales o aceptables que se darán bajo esta forma de organización, serán las que representen el mismo patrón. Con ello, se enraíza en la idea de los vínculos monogámicos (una sola pareja) y las relaciones estables y resistentes a toda dificultad.
Los tópicos asociados al amor romántico son socialmente e históricamente construidos. Los interiorizamos casi de forma inconsciente, lo cual hace que desmontarlos sea una tarea harto difícil.
¿En qué consiste el amor romántico?
El amor romántico es un concepto que idealiza el amor y justifica actitudes abusivas dentro de la pareja ya que una de sus bases es la dependencia del uno por el otro. Nos vende la idea de que el amor, tiene un poder transformador capaz de cambiar a las personas y que en este caso, las mujeres son las responsables de infundir esa bondad que se desprende del amor en los hombres rudos por naturaleza. Los estereotipos de género están, como podemos ver, fuertemente enraizados en el amor romántico ya que nos habla de cómo deberían comportarse hombres y mujeres de manera diferenciada dentro de la relación siendo la mujer la que siempre estará supeditada al hombre y en el papel de cuidadora.
El mayor problema a nivel relacional hoy en día es que no nos han enseñado unas bases sanas sobre las que construir. Partimos de la premisa que el amor sigue su propio curso y nos enseña a su paso. Sin plantearnos si es necesario un diálogo inicial y suponiendo que todas las partes implicadas piensan y sienten exactamente igual.
Así, tras el enamoramiento, que es relativamente fácil que se dé; entendemos que el amor debe ser fácil y llevadero por que él mismo va guiando sus propios pasos. De hecho, si nos fijamos, en las películas lo que normalmente nos muestran es la fase del enamoramiento pero ¿Qué pasa después? ¿Fueron felices y comieron perdices? ¿Qué nos muestran de cómo construir una relación? ¿Cómo se gestiona una relación en el día a día? El enamoramiento como decía, es relativamente fácil pero a diferencia de lo que vemos en estos ejemplos cinematográficos, amar no lo es tanto ya que se precisa de mucha empatía, capacidad de diálogo y negociación para sacar adelante una relación saludable.
Desde esta óptica es importante que sepamos reconocer los mitos que rodean a las relaciones de amor romántico para poder desmontarlos y construir de modo saludable lo que nosotros y nuestras posibles parejas consideremos.
Aquí tenéis unos cuantos ejemplos:
1. «El amor es lo más importante en una relación y lo puede todo.»
Nos han enseñado que el amor prevalece ante todo, si nos queremos lo podemos todo y no habrá nada ni nadie que se pueda interponer entre nosotros. Y nada más lejos de la realidad porque pese a que el amor debería ser esencial para que se dé en una relación, es algo que debemos trabajar y construir día a día. Sobretodo ante las adversidades o los problemas cotidianos, dependiendo de cómo actuamos frente a ellos, veremos si éstos consiguen dañar la relación o si por contra la hacen más fuerte; todo dependerá del grado de implicación de cada uno o una en la relación.
2. «Somos seres incompletos y nuestra pareja es la que nos completa y nos llena a todos los niveles.»
Esta creencia viene del mito de más de 2000 años de antigüedad sobre las medias naranjas que aparece en el Banquete de Platón en el que se decía que somos partes divididas por la mitad y que cada parte echa de menos a la otra y cuando se juntan se abrazan anhelando ser una otra vez.
Así, afirmándonos en este mito justificamos la posibilidad de sentirnos mal cuando estamos solteros porque entonces ese malestar se debe a que nos falta nuestra media naranja. Y cuando esa persona aparece, nuestros malestares se disipan y nos sentimos plenos a todos los niveles. Ésto suele pasar durante el enamoramiento pero no es perdurable en el tiempo. ¿Pero si no creemos en este mito, a quién culparíamos entonces? A nuestro desconocimiento o mala gestión parece no ser una posibilidad.
3. «Existe un único amor verdadero y es para toda la vida.»
En relación con la anterior, si somos medias naranjas, cuando nos encontramos, nuestro amor es el único verdadero pasando el resto de nuestras relaciones anteriores a meros ensayos u equivocaciones y partiendo de la base que ya no van a haber más porque ese amor ya es para toda la vida. La verdad es que a lo largo de nuestra vida, al igual que cambian nuestras preferencias y gustos, también oscilan nuestras necesidades en cuanto al amor se refiere. Esto no quiere decir que no podamos encontrar una persona y que tengamos claro que es él o ella pero sí es importante que no nos centremos en que «sí o sí» ese amor es para siempre porque no sabemos las vueltas que puede dar la vida.
4. «La atracción hacia otras personas que no sean la pareja nos demuestra que no estamos totalmente enamorados.»
La exclusividad y la fidelidad ya sea real o imaginaria como pruebas irrefutables del amor. Se considera según el amor romántico que debemos ser seres monógamos y que la fidelidad se extiende a todos los aspectos de nuestra vida. Pero como en todo, es importante conocer y hablar sobre todas las posibilidades existentes o que quisiéramos contemplar y a partir de ahí, construir algo que se adecúe a la pareja sin dejarnos guiar por viejos patrones de lo que “se supone que debe ser”. La fidelidad es importante y necesaria en una relación pero lo interesante es acordar sobre qué aspectos necesitamos los implicados que recaiga su peso. Darla por hecho y aplicarla a un todo es un error garrafal.
5. «Si no eres un poco celoso es que no amas de verdad.»
Parece ser que existe un barómetro para medir los celos. Hasta cierto punto que yo desconozco se les considera sanos, y a partir de ahí para arriba, son nocivos para la salud de la relación. Dejadme decir que no existe el concepto de celos sanos o celos positivos. Los celos implican inseguridades y posesividad, y estos dos conceptos van en contra de la esencia del amor; confianza y libertad.
Artículo escrito por: Yaiza Morales , terapeuta Gestalt .
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